Porque «la esperanza no defrauda» (Romano 5,5;). El Vicariato Apostólico de Guapi, en medio de la angustia que sufren nuestros pueblos, en particular el de Guapi porque nuestro pueblo «gime de dolor», eleva plegaria a Jesucristo «ven y sálvanos»; como signos de esperanza, infundimos aliento y fortaleza a los hombres y mujeres que peregrinamos hacia la salvación, que sufrimos las consecuencias de la violencia que afecta al pacífico y por extensión solidaria a todo nuestro Vicariato, porque Iscuande, Timbiquí, Guapi y López de micay, somos una sola familia extendida y diseminada por todo el pacífico Caucano y Nariñense, cuando uno ríe, todos ríen y cuando uno llora, todos lloran.
«La verdad les hará libres» (Juan 8,32); en consideración a la verdad, lamentamos la pérdida de las vidas humanas, el dolor de los heridos, el llanto de las familias y la desesperanza de una sociedad que anhela vivir en paz, la destrucción de los edificios de la curia diocesana, institución que es esencial para el trabajo de la iglesia en Guapi y rechazamos todo tipo de acciones que generan miedo y zozobra en la población, porque que cada día su tierra es manchada con sangre de guerra; llamamos a todos apartarse de los caminos de pánico y de muerte, y acercarse más a los caminos del diálogo y la reconciliación para que así podamos construir juntos y disfrutar en hermandad de la paz.
Nos acogemos con amor y fe de solidaridad, a la oración universal, la de la Iglesia Colombiana, la de nuestros obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados y consagradas, la de los hombres y mujeres de buena voluntad, para que le pidamos juntos al «Príncipe de la paz» que, llegue al mundo entero, a Colombia, al pacifico Caucano y Nariñense
Aspiramos que las instituciones del Estado Colombiano, el gobierno nacional y departamental, se hagan presente generando desarrollo humano integral y defendiendo el derecho a La Paz.
Conferencia Episcopal de Colombia
PRES-CC-300/24
Asunto: Solidaridad con la Iglesia Particular del Vicariato Apostólico de Guapi y la comunidad local.
Estimados:
Padre Arnulfo, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, fieles laicos y comunidad civil de Guapi:
Reciban un cordial saludo en Cristo, nuestra paz.
Hemos conocido, con dolor y consternación, en la mañana de hoy, la noticia del atentado contra la población civil y las fuerzas del orden público en la cabecera municipal de Guapi que ha dejado algunos heridos y destrozos materiales en diferentes edificaciones, entre ellas la Casa y la Curia Episcopal, lugares en los cuales la Iglesia históricamente ha alentado al diálogo y a la reconciliación, y adonde la población acude en búsqueda de consuelo y alivio.
A la Iglesia Particular del Vicariato Apostólico de Guapi y a toda la comunidad en general expresamos nuestra más profunda solidaridad y apoyo en este momento de prueba ante los avances de la violencia. Hemos pedido al Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombia (SNPS-CC) que active inmediatamente el Fondo de Emergencias y la compañía cercana y activa con Ustedes. Además, La Nunciatura Apostólica, los Señores Arzobispos Metropolitanos de Popayán y Cali (Región Pacífico), y el Episcopado Colombiano, estaremos atentos a escuchar las necesidades que podamos atender y resolver con valentía creativa, apoyados en la oración y movidos por la esperanza de que se puede vencer el mal a fuerza de bien (Cfr. Rm 12, 21).