Campaña De La Diócesis De Apartadó para vivir el Adviento y la Navidad 2022

Introducción

La campaña “En los pies del migrante”, tiene un logo que la identifica, son dos pies uno más adelante que el otro, el de atrás contiene las banderas de algunos de los países del mundo cuyos ciudadanos pasan por estas tierras del Urabá Darién y van cubriendo el pie del migrante a manera de venda, para curar las heridas que los largos caminos y la indiferencia dejan en su vida, el querer es que todo el mundo arrope y alivie los sufrimientos de quienes han tenido que abandonar su propio terruño. El otro pie llagado es el de Jesucristo, con las señales de los clavos que lo tuvieron en la cruz, asumiendo todo el pecado de la humanidad, y marca el camino por recorrer por los senderos del bien. Están sobre el mundo porque el fenómeno migratorio no se limita a un territorio o un grupo étnico o social, sino que es de todo el mundo.

Realidad

El territorio del Urabá y el Darién se ha convertido en una de las rutas más utilizadas para que miles de personas procedentes del Asía, África, América insular, Sudamérica y Europa del Este, transiten permanentemente por la frontera colombo panameña para realizar su sueño de llegar a los Estados Unidos o Canadá. Las estadísticas más recientes indican que hasta el mes de octubre han cruzado por el Darién entre 167.000 a 220.000 personas, de las cuales 124.000 son venezolanas y 28.000 son niños.

Por todos son conocidas las condiciones que miles de hermanos migrantes deben afrontar en su paso por el mal llamado “infierno del Darién”, desde un clima cálido propio de selva tropical, las  fuertes precipitaciones, caminos pantanosos, ríos crecidos, insectos, reptiles… y lo más grave con presencia de ladrones, violadores, estafadores y con el riesgo de extraviarse, enfermarse y hasta perder la vida. A esto se debe agregar los sobrecostos en transportes, alimentación y vivienda, las limitaciones para cuidar la salud física y mental.

Las personas que aman el territorio anhelan poder ofrecer a los miles de migrantes que hacen la opción por cruzar el Darién, un tránsito seguro, ordenado, regulado, informado, que proteja los derechos humanos y permita el disfrute del paso por uno de los ecosistemas más bellos del planeta, por su variedad de flora y fauna, su riqueza hídrica y su configuración geográfica única (playa, mar, valles y montañas) que permite la cercanía de los dos océanos y se convierte en el puente natural entre las Américas.

Iluminación

Migrar es un derecho inalienable de toda persona y las migraciones han sido la causa del surgimiento de tantas civilizaciones, pueblos, naciones, grupos humanos y familias. Migrar ha sido la dinámica de la humanidad siempre en pro de su promoción y subsistencia. Así lo vivió el pueblo de Israel desde su nacimiento con Abraham “un extranjero perpetuo”, sin tierra, arrimado (cf. Gn 23,4), un desposeído pero portador de una bendición. Jacob o Israel con sus hijos migran a Egipto para salvar al clan del hambre (cf. Gn 42,1-8) y de allí emigran sus descendientes a la tierra prometida “que mana leche y miel” (Ex 3,17). Una vez el pueblo de Israel instalado en Canaán, toma conciencia de la tierra como don de Dios, de la cual no tiene dominio exclusivo y que debe compartirla con los forasteros y extranjeros. De esta conciencia va naciendo su código ético que se expresa en principios como: “No vejarás al emigrante” (Ex. 23,9), “No lo oprimirás” (Lev. 19,33), “No defraudarás el derecho del emigrante” (Dt. 24,17), “Maldito quien defrauda de sus derechos al emigrante” (Dt. 27,19), “Al forastero que reside junto a vosotros, lo miraréis como a uno de vuestro pueblo y le amarás como a ti mismo” (Lev. 19,34).

Los evangelios describen a Jesús que como miembro de su pueblo, asume la realidad de la migración: Los padres de Jesús buscan una posada y el niño nace fuera de su región (cf. Lc 2,7), como extranjero debe huir a Egipto (cf. Mt 2,13), regresa y se radica en Nazaret (cf. Mt 2,19-23). Durante su vida pública Jesús fue un itinerante, no tenía donde reclinar la cabeza (cf. Mt 8,20; Lc 9,58) y se la pasaba recorriendo pueblos y aldeas (cf. Lc 13,22; Mt 9,35), entra en relación con forasteros y extranjeros para quienes tuvo una respuesta como con la Samaritana (cf. Jn 4,1ss) o un reconocimiento como con el centurión romano (cf. Mt 8, 5-13) y la mujer cananea (cf. Mt 15,21).

El adviento esperanzador

El adviento es un tiempo de “especial alegría en la vida de la Iglesia” porque celebramos la venida del Señor. Es un tiempo para la esperanza entendida no como una espera pasiva sino como una realidad dinámica que denota perseverancia “levántense se acerca vuestra liberación” (Lc 21,28), “subamos al encuentro del Señor” (Sal. 122[121],1) y exige “no darse por vencido, unirse a otros para hacer de otro modo”. Esperanza dinámica es lo que mueve a tantos hermanos en el mundo a ponerse en camino para buscar un mejor futuro para sí y sus familias. En nuestro tiempo y en nuestra región la migración es la expresión cercana de la esperanza dinámica, no importan las desventuras, los obstáculos, los costos y peligros, con Dios por delante los miles de migrantes se arrojan a un futuro deseable que anima su caminar y les impide pararse.

En la Fratelli Tutti, capítulo 4 “Un corazón abierto al mundo” (128-153), el Papa Francisco entrega a la Iglesia la más oportuna conceptualización acerca del fenómeno de la migración. Comienza describiendo las vicisitudes de la migración, sugiere que se creen posibilidades en los países de origen para evitar migraciones innecesarias, pero reconoce el derecho a migrar y la obligación ética de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes. Invita a los países de acogida para que asistan a los migrantes ofreciéndoles “aumentar y simplificar la concesión de visados; abrir corredores humanitarios; garantizar la vivienda, la seguridad y los servicios esenciales; ofrecer oportunidades de trabajo y formación; fomentar la reunificación familiar; proteger a los menores; garantizar la libertad religiosa y promover la inclusión social” (130). Para el pontífice el migrante  es un “ciudadano pleno” (129) perteneciente a la “familia humana” (139), es un “don y un enriquecimiento para todos” porque crea cultura. A nivel local y regional el Papa invita a crear estrategias de integración, “para acoger el don del otro y ofrecerle algo verdadero” (143).

Compromisos diocesanos

La asamblea diocesana ha pedido que se implemente en todas las parroquias la acción social de la pastoral de la movilidad, ya se tiene un comienzo gracias a las religiosas, la parroquia del Carmen de Necoclí, los Pao, el proyecto Europana que hace presencia en Apartadó, Turbó y Carepa y los aportes de Adveniat, Clip y la campaña de comunicaciones de la Diócesis “En los pies del migrante”.

En este tiempo de Adviento y Navidad pedimos a todas las parroquias:

  •  Vincularse a los programas ya mencionados, aportando ropa nueva o en buen estado y alimentos no perecederos que serán entregados en la celebración de la Navidad y del Día Internacional del Migrante los días 18 y 19 diciembre.
  •  Ofrezcan una integración con los migrantes establecidos en sus territorios.
  • Iluminen la conciencia social de los feligreses con los principios del magisterio acerca del fenómeno migratorio.
  • Difundir por los medios locales los contenidos de la Campaña “En los pies del migrante”.

Dado en Apartadó el Primer domingo de adviento del 2022.