MISION PASTORAL Y HUMANITARIA EN EL ALTO BAUDÓ

Proyecto: Diálogos pastorales

Lugar: Medio y Alto Baudó, Departamento del Chocó, Diócesis de Istmina.

Fecha: Febrero 22 a 26 de 2021

 

Participantes:

 

Monseñor Mario de Jesús ÁlvarezObispo Diócesis de Istmina
Monseñor Juan Carlos BarretoObispo Diócesis de Quibdó
Monseñor Hugo TorresObispo Diócesis de Apartadó
Padre Albeiro ParraCoordinador de la Coordinación Regional del Pacífico Colombiano
Padre Jaime ZapataDirector Pastoral Istmina – Tadó (4 delegados más)
Padre Alfonso GarcíaVicario General de Istmina
Padre Luis Fernando PalaciosPárroco de Pie de Pató
Padre Jhonny Milton CórdobaDirector Pastoral Quibdó (3 delegados más)
Rickard LunnerdalDelegado Embajada de Suecia
Line HammerenDelegada Embajada de Noruega
Monserrat Solano CarboniONU Derechos Humanos
José Luis PlazaONU Derechos Humanos
Miguel Ángel SánchezONU Derechos Humanos
Miriam HeinsSweFor (1 delegado más)
María FernandaConsejo Noruego para Refugiados (6 delegados más)
Abid Manuel RomañaCoordinador Foro Interétnico Solidaridad con Chocó FISCH (1 delegado más)
Javier ArrietaCoordinador  Mesa de Diálogo y Concertación de los Pueblos Indígenas del Chocó Comunidades Indígenas Embera Dóbida, Katío, Chamí y Tule
Alberto AchitoMesa de Diálogo y Concertación de los Pueblos Indígenas del Chocó
Jesús Abad ColoradoPeriodista
Diana Cabra DelgadoEspecialista de Protección SNPS/CC

 

Objetivos de la misión

  • Obtener información para el análisis de contexto.
  • Identificar necesidades, riesgos y vacíos de protección.
  • Observar y documentar graves violaciones a los DDHH e infracciones al DIH.
  • Proteger con la presencia y coadyuvar a salvar vidas frente a la situación de seguridad en compañía de ONGs, Ministerio Público y Diócesis.
  • Contribuir al fortalecimiento de las organizaciones étnico territoriales permitiendo que sus autoridades hagan presencia en el territorio.
  • Acompañar a los defensores de derechos humanos y líderes comunitarios en su labor de defensa del territorio identificando vacíos de protección y garantías de seguridad para el ejercicio de su labor.

 

Desarrollo de la misión humanitaria

Descripción de la ruta de la visita

La misión comienza con la visita pastoral de Monseñor Mario Álvarez y su equipo de acompañantes por toda la cuenca del Rio Baudó, con lo cual las comunidades estaban atentas a la llegada al territorio de las instituciones y personas involucradas.   El equipo de apoyo a la misión humanitaria se reunió el domingo 21 de febrero para el saludo protocolario, el conocimiento de las instituciones y personas, y para el reconocimiento de la agenda de trabajo y logística del viaje al día siguiente.

Entre el 22 al 25 de febrero la comitiva se desplazó en camionetas de Quibdó hacia Puerto Meluk, pasando por Pié de Pepé donde se tuvo reunión con las organizaciones de mujeres y con la administración del municipio de Medio Baudó.  En puerto Meluk se abordaron las lanchas dispuestas para acometer la llegada al municipio centro de la misión Pie de Pató. El 23 de febrero un equipo  se desplazó a las comunidades indígenas de  Miácora Central, Miácora antigua, Mohamía, donde permaneció hasta el 24 de febrero mientras el resto de la comitiva acompañaba los caseríos  de Cugucho y Chachajo. El día 25 defebrero toda la comitiva se desplazó de Pié de Pató a los poblados de  Apartadó, Catrú, Puerto Echeverry, regresando intempestivamente a la ciudad de Quibdó por causa de un posible cierre de la vía que va de Istmina a Pereira. Una vez en la ciudad los líderes de las instituciones que se hicieron presentes en la misión realizaron la evaluación y agenda de compromisos.

 

Hallazgos encontrados

Análisis de contexto: El territorio visitado tiene una ubicación estratégica dentro de la geopolítica del Estado Colombiano por su cercanía con el océano pacífico, el centro del país y la capital del departamento del Chocó. El río Baudó es una arteria fluvial muy importante por ser la principal vía de acceso al territorio, lo mismo que los ríos que confluyen a su cuenca. La serranía del Baudó con más de 180 kilómetros de extensión es un santuario de la biodiversidad por su fauna, flora y nacimientos de agua.

Los dueños naturales del territorio son las 26 comunidades indígenas y otras tantas de comunidades negras, quienes se encuentran organizadas en resguardos y consejos comunitarios cada una con sus espacios para el cultivo del pan coger, la cría de ganado y la pesca.  Además, es notable la tala acelerada de árboles. Aún hoy el territorio está libre de la minería ilegal, de los cultivos extensivos de coca y las enfermedades causadas por el uso de los químicos en las labores agropecuarias.

El orden público es cada vez más tenso por la presencia en el territorio de actores ilegales como el Clan del Golfo y el Ejército de Liberación Nacional, a quienes la fuerza pública intenta combatir.  Por las dinámicas que se vienen dando en la zona se puede pensar que se está en la primera etapa de lo que viene sucediendo en el Bajo Atrato. Primero se da el dominio de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, luego viene el cultivo generalizado de la coca y termina con el despojo de tierras, desplazamiento de la población, la acometida de los terratenientes que dedican las tierras a la ganadería extensiva, o los monocultivos.

Las comunidades aún se profesan católicas, no es tan evidente la presencia de sectas cristianas, pero siguen con la idea de que la Iglesia es la responsable de la asistencia que el estado cumple con muchas limitaciones.

Necesidades y vacíos de protección: En las comunidades visitadas el denominador común es la ausencia de centros de salud o la carencia de los insumos para su funcionamiento; un sistema   educativo que aún no contrata a todos los docentes y algunos de los contratados no hacen presencia en sus sitios de trabajo, escuelas y colegios en lamentable estado; las organizaciones étnicas carecen de liderazgo y experimentan muchos conflictos y divisiones internas; las comunidades están sumidas en el miedo y no se sienten suficientemente defendidas por las fuerzas armadas y de policía, el transporte fluvial a medida que el río se hace menos caudaloso se vuelve un tormento porque toca arrastrar las embarcaciones; las familias van emigrando a los centros municipales acosados por la incursión de los grupos armados al margen de la ley.

Violaciones al DIH y DDHH: El 19 de febrero en Mohamia los actores armados se enfrentan en los poblados poniendo a la población civil como barrera de protección, la indígena Luz Aida Conchave es impactada por las balas perdidas consecuencia del ataque del ELN a las AGC y pierde la vida, deja dos niños huérfanos y luego su cadáver no puede ser enterrado en el cementerio tradicional; 58 familias indígenas se han desplazado al poblado de Miacora y 217 familias con unos 943 miembros, están confinados por la imposibilidad de desplazarse a sus parcelas de pan coger o internarse en los montes para la cacería o en las quebradas para la pesca, lo cual está provocando una crisis alimentaria. Los jóvenes van siendo sonsacados e integrados a las filas del ELN o las AGC; las mujeres son raptadas, violadas y explotadas sexualmente. Las minas antipersonas están siendo colocadas en diferentes lugares a modo de defensa o disuasión del enemigo. Los entes del Estado llamados a acompañar y verificar estas situaciones son lentos y la fuerza pública aunque hace presencia en el territorio no logra neutralizar la fuerza devastadora de los ilegales.

Protección de personas y derechos: Tanto las entidades de la Iglesia, diócesis, parroquias, pastoral social y religiosas como las ONGs o entidades internacionales vienen ofreciendo a las comunidades acompañamiento psicosocial, ayuda alimentaria, y espacios de formación a los líderes y organizaciones étnico territoriales.  La oficina de derechos humanos y el Consejo Noruego para los Refugiados estuvieron muy atentos para recibir las declaraciones individuales de los miembros de las comunidades que quisieron manifestar situaciones de atropello a sus derechos. Se constata la persecución y amenaza a los líderes y el abandono del territorio para proteger la vida. La pastoral social de Istmina y Quibdó se comprometen a hacer llegar una ayuda alimentaria con productos básicos de la canasta familiar y  hacerle seguimiento a la iniciativa del municipio de Alto Baudó de entregar 850 mercados a la población de Miacora.

 

Fortalecimiento de las organizaciones étnico territoriales: Los miembros  de la mesa indígena, Acaba y el foro interétnico, lo mismo que la pastoral social nacional y local  se comprometen a formar la guardia indígena y acompañar a las autoridades de los resguardos y consejos comunitarios que vienen perdiendo autoridad frente a los actores ilegales que ejercen control territorial y social  en la zona; a seguir visitando el territorio para verificar las acciones de los entes nacionales y municipales en la respuesta a los derechos económicos de la población: salud, educación, servicios públicos y comunicaciones.

Acompañamiento a defensores de DD.HH: Los asesores jurídicos de la diócesis, la ONU, el Consejo Noruego y las embajadas asumen la tarea de documentar los hallazgos de casos de violación de derechos, elevar el mensaje a los diferentes ministerios, la Comisión de paz del Senado, la comisión interamericana, la defensoría del Pueblo, la fiscalía y procuraduría.

 

Compromisos y tareas de las Jurisdicciones eclesiásticas  y Pastoral social Nacional  

La Diócesis de Quibdó e Istimina destinarán un recurso para compra de alimentos para las comunidades indígenas confinadas.

La delegada de Secretariado Nacional de Pastoral Social dialogará y remitirá la información a proyecto ECHO para socializar hallazgos y analizar la necesidad del espacio de albergue en la comunidad Miacora.

Las diócesis se seguirán uniendo para realizar las siguientes misiones humanitarias: En Bojayá  del 29 de abril al 4 de mayo; y en Ríosucio y Carmen del Darién del 31 de mayo al 5 de junio. Se buscarán las instituciones acompañantes y la financiación de las futuras misiones humanitarias.

Dialogar al interior del SNPS para ver el posible apoyo que se puede brindar a la formación de guardia indígena en Miácora; la asistencia humanitaria para la población que esta desplazada y confinada en esa comunidad; la ERM para las comunidades que se prioricen.

La Diócesis de Apartadó mantiene el diálogo con la mesa indígena para extender a algunos resguardos indígenas del bajo Atrato la formación de las guardias.  Además, continúa el diálogo con las delegadas del Consejo Noruego para refugiados en orden a implementar una atención permanente a la población migrante tanto residencial como de paso por la frontera.

 

Impactos de la misión humanitaria

 

Desde el mismo momento del encuentro con los líderes del municipio de Pié de Pató, gracias al acompañamiento fotográfico brindado por Jesús Abad Colorado quien fue muy importante y útil en esta misión, y el apoyo de los MCS, las reacciones se hicieron sentir:

  • Muy positiva fue la presencia en la misión de las tres diócesis del Chocó y las entidades acompañantes, las comunidades recibieron muy bien esta iniciativa.
  • El Alcalde del Alto Baudó, Ulises Palacios, informó que en su jurisdicción se declaró la calamidad pública debido a la gravedad de la situación. Se realizó comité de justicia transicional y se destinaron recursos para la crisis humanitaria.
  • El Ministro del Interior, Daniel Palacios, indicó que se desplegaron miembros del ejército para la zona y un equipo especial de desminado.
  • Los MCS valoraron la misión humanitaria y así las situaciones que afrontan las personas y comunidades del Alto Baudó:

 

La tragedia humanitaria que se vive en el Alto Baudó | Nacional | Caracol Radio

El doloroso panorama que encontraron tres obispos en Alto Baudó (caracoltv.com)

https://caritascolombiana.org/obispos-acompanan-a-comunidades-del-rio-baudo-victimas-de-disputa-territorial/

Reportan crítica situación de violencia en el Alto Baudó, Chocó (90minutos.co)

Indígenas del Alto Baudó están aguantando hambre: Iglesia – Noticentro 1 CM& (canal1.com.co)

 

 

+Hugo A. Torres Marín

Obispo de Apartadó.